Por: José Miguel de la Fuente.
Todo comenzó como una idea que Tito traía dando vueltas desde hace años. Al regresar de Estados Unidos y viajar a Punta Arenas para visitar a sus padres, me lanzó el desafío que había estado rumiando: lograr el FKT (Fastest Known Time) en el Cerro Prat. Su entusiasmo me contagió de inmediato, y aunque dudé al principio, terminé atrapado por la idea.
Con el clima como juez final, nos centramos en las predicciones para los días 28 y 29 de diciembre de 2024. Como buen amante del último minuto, compré los pasajes desde Santiago a Puerto Natales la noche del 25. Ya no había vuelta atrás. La ventana de buen clima era ahora o nunca, y no había mejor compañero para enfrentar el desafío que Tito, un amigo y partner inigualable en el cerro.

¿Qué es un FKT?
Antes de continuar con el relato, vale la pena explicar qué significa lograr un FKT (Fastest Known Time). Se trata de registrar el tiempo más rápido conocido en completar una ruta específica, ya sea de montañismo, alpinismo o trail o Sky running, Para lograrlo, no basta solo con ser veloz; es fundamental conocer la ruta, entender los retos técnicos, y planificar cada detalle, desde el equipo necesario hasta las condiciones climáticas ideales. Además, los FKT suelen ser registrados en plataformas oficiales como www.fastestknowntime.com, donde se documentan con evidencias como tracks GPS y fotos en puntos clave.
En el caso del Cerro Prat, existe una particularidad: normalmente se aborda en modo montaña y suele completarse en dos días, debido a la dificultad del terreno, la densidad de los bosques y las secciones de acarreo técnico. Sin embargo, tras un análisis exhaustivo llevado a cabo por parte de Tito sobre las condiciones climáticas, el estado físico, y el equipo necesario; era posible lograrlo en un solo día. Esta decisión no solo añadió un elemento adicional, sino que también resaltó una preparación para aumentar las probabilidades de éxito.
El Inicio del Desafío
El sábado 28 de diciembre partimos temprano, a las 06:30 am, desde Puerto Natales hacia la Estancia Perales, el punto de partida de esta aventura. Tras 1 hora y 30 minutos de manejo, llegamos al inicio del sendero, situado a tan solo 2 metros sobre el nivel del mar. Frente a nosotros estaba el imponente Cerro Prat, con una cumbre de 1550 metros sobre el nivel del mar.
El sendero comenzó de forma tranquila, paralelo al río Tenerife, con un tramo plano que nos permitió calentar las piernas. Pero pronto, el verdadero carácter del Cerro Prat se reveló. La ruta nos llevó a una sección densa de calafates, con sus ramas enredadas que ponían a prueba la paciencia y la agilidad. Más adelante, nos adentramos en un bosque de lengas, donde las huellas casi inexistentes nos obligaban a mantenernos atentos para no perdernos del track.
El Ascenso
Al salir del bosque, el paisaje se abrió, regalándonos vistas espectaculares del fiordo, el Monte Balanceada, el cordón Mor y la cordillera Chacabuco. Desde allí, comenzamos la sección de acarreo: una subida inclinada y técnica que exigía gatear en algunos tramos. La pendiente se volvía cada vez más pronunciada, y cruzar un nevero añadió un toque extra de desafío. (Recomendamos llevar crampones en esta sección para evitar desvíos o riesgos innecesarios).
A las 2 horas y 40 minutos de haber comenzado, alcanzamos la cumbre. Expuesta y majestuosa, la cima del Cerro Prat nos regaló vistas panorámicas de 360 grados. La sensación era indescriptible. Estábamos en la cima, con el alma llena de gratitud y la mente maravillada por la inmensidad de la Patagonia.
El Descenso
Tras unos minutos en la cumbre para tomar fotos, disfrutar del momento y recuperar el aliento, iniciamos el descenso. Volver por el acarreo fue rápido, pero las vistas seguían emocionando, como si el Cerro Prat se despidiera con su mejor espectáculo. De nuevo, el bosque trabado y la sección de calafates nos retaron, pero el último tramo plano nos devolvió a la Estancia Perales con una sonrisa en el rostro.
La ruta completa resultó en 15,50 kilómetros con 1634 metros de desnivel positivo, un verdadero reto físico y mental que completamos en aproximadamente 4 horas y 20 minutos.
Reflexión Final
El Cerro Prat no solo es un desafío físico, sino un recordatorio de la majestuosidad de la naturaleza. Este ascenso, que nos llevó desde casi el nivel del mar hasta los 1550 metros de altura, fue una experiencia transformadora. Hacerlo en compañía de un gran amigo, con un clima perfecto y rodeados de paisajes inolvidables, convirtió este logro deportivo en una conexión profunda con la esencia de la Patagonia y la libertad que solo las montañas pueden ofrecer.
